Recientemente participé en un
Clínic basado enteramente en el Minibasket, y a través de estas líneas me gustaría
compartir con todos las ideas y reflexiones que expuse sobre cómo se debería
entrenar en esta categoría, una de mis favoritas y que es fundamental para el
crecimiento futuro de cualquier jugador-a.
En el mundo del Minibasket nunca
hay que dar nada por supuesto. La capacidad que tienen esos niños que forman
nuestro grupo de baloncesto tiene que ser para nosotros los entrenadores esa
incógnita que nos tiene que mantener alerta en nuestras planificaciones y en
nuestros entrenamientos. Son ellos los que a veces marcan el ritmo
del aprendizaje. Leemos libros que queremos que nos lleven a darnos la
solución de cómo entrenar y qué entrenar. Soy de la opinión que hay que
observar, probar, improvisar, inventar, adaptar y ser creativos con los más
pequeños.
Con este artículo quiero
compartir mis pensamientos y creencias de qué herramientas le puedo dar yo al
jugador-a para que pueda comprender el por qué de una decisión y no de otra.
Una vez que ya ha comprendido ejecutará con conocimiento de causa y ese
“entrenamiento“ de la mente hará que en su desarrollo tome decisiones no al
azar, sino sabiendo el por qué las toma. Unas veces serán acertadas y otras
equivocadas, pero eso forma parte de su crecimiento como jugador y a eso es a
lo que nosotros los entrenadores le tenemos que ayudar.
El debate de qué es antes si la
Técnica o la Táctica creo que ya es un tema que se va quedando atrás en el
baloncesto moderno. El baloncesto se ha hecho más rápido, pasan más cosas en
pocos segundos. Hoy en día el baloncesto es más físico, se corre más, se salta
más, se tiene más fuerza. Por eso, tenemos que ser capaces de provocar desde
los entrenamientos miles de situaciones que sean lo más parecidas al juego real
de ahora. Ser capaces de leer en un instante y decidir en un segundo.
En Minibasket tenemos que tener
en cuenta dos aspectos muy importantes: las características del juego y qué es
lo que normalmente hacen los jugadores respecto a él.
Ej1. La defensa en minibasket se basa en el 1x1.
¿Cómo defienden los jugadores en edad benjamín si no les damos ninguna clase de
indicación? ¿Cómo colocan su cuerpo?
Ej2. Bote. ¿Con que mano bota
normalmente el jugador? ¿Cómo lo hace? ¿Mira el balón? Ahora le pongo un
obstáculo, un impedimento. ¿Bota igual? ¿Cómo lo hace? A partir de ahí yo
preparo mis ejercicios. Qué puedo hacer para que mi jugador no mire el balón en
una situación lo más parecida al juego real.
La parte más difícil del
baloncesto es ésta que nos concierne ahora. Jugar pensando. Yo acabé mi carrera
a los 33 años y todavía jugaba con jugadoras a las que les suponía un gran
esfuerzo pensar en la cancha porque no estaban acostumbradas a ello. Se movían
por inercia. Por hábitos adquiridos. Hábitos relacionados con un gesto técnico,
que esos hay que tenerlos y potenciarlos, pero también potenciar la lectura de
cuándo usarlos. Un ejemplo de una situación que todavía sucede mucho.
Movimiento sin pensar: jugadora que siempre está acostumbrada a que cuando le
pasan en poste medio, ella se da la vuelta hacia el centro para realizar ese
medio gancho que tanto le ha costado adquirir para que le salga automático.
Situación pensando: cada vez que hago este movimiento me defienden de una
manera determinada. ¿Qué problemas encuentro? ¿Qué puedo hacer?
En el largo proceso de
construcción de hábitos en Minibasket, tenemos que diferenciar la categoría
Benjamín y la Alevín. En edad Benjamín se iniciará sobre todo la creación de
hábitos de ejecución orientados a que los jugadores-as vean cuales son las
dificultades que se les presentan para buscar las soluciones. En edad Alevín las
situaciones de juego se van complicando más y el jugador tiene que tener más
recursos técnicos y más capacidad de decisión para usarlos.
Estos son mis principios
fundamentales que me siguen cada vez que entreno un equipo de Minibasket. Da
igual que sea colegio o club.
Principios
fundamentales
- La práctica del baloncesto no
es lo mismo que el juego del recreo.
Los niños tienen que saber cuándo
van a jugar y divertirse con sus amigos y cuándo van a entrenar. Sabemos que el
baloncesto es un juego pero tiene que ser un juego diferente al de... “Torito
en Alto”, “caza Mariposas”.... Yo no digo juego. Digo ejercicios. Hay
que preparar su mente.
- Tenemos que darle un valor distinto a nuestros entrenamientos. Nosotros
los entrenadores tenemos que ponerlos
en valor.
¿Cómo? Con nuestras actitudes.
Lo que hacemos. Ellos se fijan siempre en todo y a todo le dan importancia. Para
poder hacer que sean capaces de pensar, tenemos que preparar el ambiente
adecuado. Ejemplos que hacen mucho daño a este objetivo: un equipo en el que
cada vez que viene un amigo, padre, etc. el entrenador, sale de la pista y se
pone a hablar. O suena su teléfono móvil y se pone a hablar por teléfono...
¿Le estamos dando valor a nuestro
entrenamiento? ¿Cómo después le exijo que no hable
con el de al lado?
- Los jugadores tienen que
ver que son especiales
Que hacen algo distinto a
cualquier otro que también practique baloncesto. Algo que le tengan que contar
a sus padres. Algo de lo que estén orgullosos. Una herramienta para conseguirlo
puede ser utilizar habitualmente un lenguaje adecuado a su edad pero, cuando
quiero que a algo le presten más atención que a otra cosa, cambio el registro.
Utilizo la palabra Técnica, y sigo diciendo... “Esto es lo que hacen los
mayores”
- Hay que competir siempre
En cada ejercicio y en la medida que sea
posible. Mentalidad yugoslava que yo he aprendido muy bien. Provocar
situaciones de estrés. Toma de decisiones bajo situaciones de estrés. Tenemos
que enseñarles a competir recordándoles que la competición es como un moneda.
Tiene dos caras. Ganar y perder y hay que saber hacer las dos. Ése es el
jugador que sabe competir.
A continuación, reproduzco una
batería de ejercicios para crear hábitos cognitivos. ¿son los mejores? No, ¿Son
únicos? No. Son algunos de los infinitos ejercicios que hay y que cada uno
tiene que adaptar a sus jugadores.
Mientras el jugador ejecuta, tiene que pensar.
Y pensando crea el hábito de ejecución. Importante:
Siempre, siempre hay que corregir el detalle técnico en la ejecución.
Ejercicios hay mil, entrenadores uno. Cada entrenador es un mundo, distinto
a cualquiera con sus ideas, sus manías, su carácter. Sed creativos.
Ana Belén Álvaro (Ex Jugadora internacional, Grado en Magisterio y entrenadora superior de Baloncesto)
Es necesario que los entrenadores que nos encargamos de la etapa minibasket le demos la importancia que tiene, ya que sólo de esta manera será posible que nuestros niños piensen en la pista.
ResponderEliminarEl motivo es evidente, para que ellos tengan que pensar en los entrenamientos es necesario que NOSOTROS PENSEMOS antes (a la hora de elaborarlos), durante (para reaccionar a lo que sucede y extraer nuevas ideas) y después (para mejorar el proceso).
Valorando a nuestros pequeños jugadores nos valoramos más a nosotros mismos como entrenadores, y cuando llegas a ese punto es cuando de verdad dedicas el tiempo que debes a preparar el entrenamiento con algo más que "juegos" (porque sabes que es importante), le das un valor como comentas (porque no vas a permitir que se te escape nada de lo que está sucediendo en la pista por hablar por teléfono), haces sentir especial a tus jugadores porque te involucras con ellos...
En definitiva, cuando sientes que tu labor es importante sube tu motivación, elevas tu compromiso y esfuerzo, y el resultado de la misma da un salto de calidad sí o sí, aquí no hay cara y cruz que valga ;)
Enhorabuena por tu artículo.