Desde la FBCV, creemos muy importante la implantación y
consolidación de la figura del director deportivo en las entidades deportivas.
Podemos hablar de director deportivo, coordinador, jefe de
cantera, etc., pero nos estamos refiriendo siempre al mismo concepto: una
persona que establece, sola o con la Directiva de su entidad (depende de la
estructura de la entidad), la línea deportiva de los equipos de su club o
colegio. Esta línea ha de ser constante durante un periodo más o menos largo de
tiempo para obtener resultados: la identidad de juego del club y el mejor
servicio posible al jugador/a. Para que sea constante en el tiempo, la línea
debe tener un máximo responsable, por encima de los entrenadores de cada
equipo. Desde la FBCV proponemos la figura del director deportivo como mucho
más que un organizador de pistas y ejecutor de cambios de partidos o altas y
bajas federativas, pero huimos de la figura del director deportivo entendido
como el “multientrenador” de varios equipos de una estructura deportiva porque
va en detrimento de un buen servicio a los jugadores/as.
La Junta Directiva debe tener clara la orientación deportiva
y educativa de su entidad y depositar su confianza en el director deportivo
para velar por mantener una coherencia entre dicha orientación y el proceder de
todos sus equipos, por encima de los personalismos en los que, en ocasiones,
caen los entrenadores. Con proceder de los equipos me refiero a: política de
fichajes, tiempos de juego de todos los jugadores, expectativas competitivas,
comunicación con los padres, elección de unos jugadores determinados para
desarrollar un plan de mejora con ellos (o no)…
De esta manera, el director deportivo establecería la
progresión en la enseñanza y aprendizaje
de los niños y niñas que pasan por la entidad. En demasiadas ocasiones
nos encontramos con jugadores que son entrenados durante un año de una manera
determinada y al año siguiente entrenan de otra, a veces, contraria a la
primera. En nuestra opinión, esto es determinante a la hora de garantizar unos
aprendizajes. Claro, para eso es necesario tener claro qué y cómo se va a
enseñar a lo largo del tiempo. También es importante que el director deportivo
garantice la formación mínima de sus entrenadores (no solo exigiendo titulación
a sus entrenadores, sino comprobando su formación continua) con vistas a dar el
mejor servicio a sus jugadores/as.
Pero el director deportivo tiene una dimensión más, la
externa. Su trabajo no solo está orientado hacia sus equipos, ya que debe
encargarse también de cuidar el mensaje deportivo con las instituciones,
federaciones, ayuntamientos, asociaciones vecinales, colegios próximos… Son
muchas las ocasiones en las que dos entrenadores de una misma entidad se erigen
en portavoz de la misma de forma absolutamente contrapuesta. También llegamos a
observar que el mensaje deportivo que la entidad hace llegar a su entorno
(webs, blogs…) no está en consonancia con lo que pretenden ser como
institución. En definitiva, reitero que el director deportivo es esencial si
queremos elevar el nivel del servicio contratado por unos padres en el momento
que dejan a sus hijos a cargo de una entidad deportiva. Esto último es
independiente del nivel de la entidad, es decir, la responsabilidad de dar el
mejor servicio posible es la misma para una escuela de barrio o municipal que
para el club más importante de la Comunidad.
Por desgracia, no observamos que esta figura esté consolidada
en nuestro baloncesto. Por eso, creemos
conveniente llamar la atención sobre el tema. En próximas fechas, dentro del
Programa de Formación Continua para entrenadores, contaremos con la experiencia
de Toni Ferrer para ayudarnos en esta labor de concienciación.
Israel Sánchis (Director Deportivo FBCV)
Israel Sánchis (Director Deportivo FBCV)
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