jueves, 14 de febrero de 2013

LA REGLA ES LA QUE ES



Todo lo que se puede y no se puede hacer en una pista de baloncesto viene recogido en las reglas de juego, reglas que son patrimonio de todos, y digo de todos los participantes. Su desconocimiento y ausencia de análisis ha provocado la existencia de ”mitos” y “leyendas” sobre acciones técnicas concretas, y por lo tanto una aplicación, ejecución y enseñanza errónea.


Regla sólo hay una. Entonces me pregunto por qué si se trata de un jugador, o de un entrenador, o de un árbitro o de un simpatizante... esa regla es diferente según quién la valora. La respuesta es clara: una falta de lectura, de un estudio teórico, de un análisis y aplicación práctica de la misma provocan una mala enseñanza del entrenador, una mala ejecución del jugador y una mala aplicación del árbitro, y como consecuencia final hace que el caos esté servido, anteponiendo sin razón la regla e interpretación que individualmente considera cada uno, y que conlleva a situaciones tensas y conflictivas constantemente: TODOS QUEREMOS TENER LA VERDAD ABSOLUTA.

En la FBCV nos preocupa esta situación, de que una regla que debe ser de obligado conocimiento y cumplimiento se convierta en un sinfín de reglas diferentes, y por eso desde el Comité Técnico Arbitral se quieren aclarar esos aspectos dudosos y ambiguos con un análisis riguroso y real en función del contenido literal y estricto de las normas. Por eso hemos iniciado la publicación de diferentes trabajos, como recientemente ha sido “El Traspiés”, un artículo técnico que vio la luz a principios del mes de febrero y que ha tenido una gran acogida y repercusión. Otros muchos conceptos y movimientos del baloncesto serán abordados próximamente para resolver las dudas e inquietudes de los diferentes estamentos del baloncesto.

Nuestra intención es clara: unificar el conocimiento de reglas de juego sin entrar en ningún debate porque LA REGLA ES LA QUE ES.
 
Fernando Carrasco (Director Técnico Arbitral FBCV)



1 comentario:

  1. Amigo Fernando, coincido plenamente. La lectura y el estudio de la norma nos hace conocerla y estimarla. Estimarla porque supone una medida unififcadora de criterios y supresora de juicios de valor o de opiniones partidistas. El conocimiento de la norma garantiza autonomía y libertad. Un saludo. J.M. Carbó.

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