martes, 23 de octubre de 2012

#fbcvEntrenadores: "TECNIFICACION. TRABAJO ENTRE ENTRENADORES"


El artículo de esta semana lo firma Paco Pardo. Paco es Psicólogo y colaborador de esta Federación desde hace años en clinics y otras actividades formativas. Pero sobre todo ha sido un magnífico entrenador de la Selección Autonómica Masculina de Minibasket. Ha sido un ejemplo en el desarrollo de su labor, fundamentada en un respeto absoluto hacia sus jugadores y colaboradores bajo la premisa de y vocación por transmitirles conocimiento (por supuesto, no solo baloncesto). Hoy en día continua su labor como entrenador en las categorías de formación de clubes como el Valencia BC (alevines) y CB Aldaya (juniors).
Le encargamos una charla dentro de la I Jornada de Formación para los técnicos del PT y este artículo es una adaptación de dicha charla. Paco nos habla de la relación entre el primer y el segundo entrenador. Creemos que era un tema interesante para compartir con todos vosotros ya que creemos que es un tema muy mejorable en la realidad del entrenador, en su día a día. Esperemos que disfrutéis con su lectura y que os anime a una reflexión. Muchas gracias Paco.


Una primera reflexión
Una reflexión  sobre el trabajo entre dos entrenadores es plantearse si tenemos la costumbre de entrenar con otra persona. Normalmente en  baloncesto raramente encontramos dos entrenadores por equipo, únicamente en algunos. No tenemos el “hábito” de trabajar con otra persona. Si trasladamos este argumento al minibasket aún estamos más lejos en este aspecto.

En resumen, nos encontramos ante una situación, en muchas ocasiones novedosa en la que el término “compartir” debe ser el punto de inicio en la relación entre los dos entrenadores. Teniendo en cuenta que habrá una asignación de roles: primero y segundo.

Haciendo un reduccionismo en la definición del concepto de psicología conductual como la ciencia que “estudia la conducta de las personas”, aplicada a los entrenadores, estos deben aportar un punto de motivación entendida como ilusión y predisposición al esfuerzo y liderazgo como la manera de influirse ambos. El primero guía y orienta al segundo en lo que tiene que hacer y el segundo entrena con entusiasmo. ¿Qué buscamos con esto?: la capacidad de entendernos (empatía). ¿Qué conseguimos?: confianza sana.

Este planteamiento inicial, es relevante para comenzar a hablar del trabajo entre dos entrenadores a través de la metodología y la comunicación.

Roles entre los entrenadores
En su inicio se establecen unos roles formales: el primer entrenador es el responsable de llevar a cabo la planificación y objetivos planteados por la dirección deportiva, así como, organizar el trabajo a realizar en la pista, tanto él como su ayudante (funciones a realizar). Sin embargo, de forma espontánea, aparecen unos roles informales al entrenar conjuntamente. Si ambos son flexibles y adaptativos, se muestran como son de forma natural y se sienten bien. La personalidad de cada uno es un elemento prioritario para el trabajo en común. Ambos se necesitan. Por ejemplo, puede ocurrir que el primero tenga unos conocimientos más amplios de conceptos de enseñanza de baloncesto y el segundo sea un conocedor de dinámicas de grupo que faciliten el entrenamiento. En ningún caso puede pasar que el primero entrene y el segundo mire.

Cuando los roles están perfectamente definidos, no aparecen preguntas capciosas como: ¿Qué pasa si el 1º no le dá importancia al 2º?, ¿Qué pasa si el 2º no tiene las funciones claras de lo que tiene que hacer?, ¿Qué pasa si el segundo adquiere protagonismo?. La respuesta a estas preguntas es un conflicto entre los dos entrenadores y por tanto una pérdida de calidad del entrenamiento.

Comunicación antes del entrenamiento
Empieza siempre con una toma de contacto: ¿Quién llama a quién?. Buena pregunta con una fácil respuesta puesto que es un trabajo de equipo: Cualquiera de los dos. A partir de este momento se establece una reunión previa antes del primer entrenamiento donde el 1º lleva preparado el entrenamiento e informa al segundo del procedimiento a seguir: puntualidad, uniformidad, material, trato con los niños/as y padres, equipaciones… Explica los objetivos y los ejercicios que se van a realizar en la sesión. Además, concreta lo que quiere que el ayudante realice en el entrenamiento. En un ejercicio le puede pedir la corrección de un gesto técnico determinado, en otro únicamente solo se necesita mantener un ritmo alto de ejecución, en otros que mantenga la dinámica del mismo (parejas, tríos…).

Comunicación después del entrenamiento
Hemos finalizado el entrenamiento. Una nueva puerta se nos abre, ¿cómo nos vamos a comunicar entre este y el siguiente entrenamiento?. La manera más práctica para intercambiar información es el correo electrónico. Aquí nos planteamos las conclusiones “a posteriori” y las mejoras para el próximo entrenamiento. ¿Qué tipo de información tratamos?: Primero los objetivos: si podemos avanzar en algunos, modificar o cambiar los que tenemos. En segundo lugar: ver si la estructura del entrenamiento ha sido adecuada (más o menos técnica individual, más ejercicios de contraataque, si los ejercicios han sido amenos y competitivos, el ritmo del entrenamiento…). En definitiva, haremos un análisis completo de todos los aspectos de trabajo en la pista. Pero no podemos dejar aparcado esa parte más emocional que marca la actitud de trabajo de cada uno/a de los jugadores. Si ha sido buena y si no lo ha sido :¿Cómo podemos mejorarla?; es decir aquellos niños y niñas que necesitan un mayor apoyo. Iría más lejos, un apoyo adecuado a sus características de personalidad.

Comunicación durante el entrenamiento
Esos adverbios de antes y después nos dejan todavía esa incertidumbre de cómo comunicarnos durante el entrenamiento. No hay fórmulas mágicas sino orientaciones metodológicas. De forma general, es primordial dar la oportunidad, en ocasiones, que el 2º explique un ejercicio. Tras la finalización de un ejercicio este puede hacer alguna sugerencia al grupo. Con ello, reforzamos su posición delante de los niños/as. Y como no, utilizar nuestra tan preciada comunicación no verbal (choque de manos, palmada en la espalda entre el 1º y el 2º). De forma específica: ¿cómo corregimos en la pista?: la respuesta son los objetivos que previamente nos hemos planteado entre los dos antes del inicio de la sesión. ¿Cómo corregir?: observaremos el momento y tipo de ejercicio. Una forma es aumentar el tono de voz repitiendo verbalmente el gesto técnico o táctico que estamos trabajando. Otra manera consiste en poder colaborar con el jugador/a en situaciones determinadas, por ejemplo luchando por un rebote, corriendo al lado en un contraataque… Se nos abre otra posibilidad, de manera individual, sacando a ese jugador/a fuera del grupo para que no entorpezca la dinámica del ejercicio. Finalmente si observamos que hay un error global de grupo parar el ejercicio. Evidentemente, los entrenadores tienen la aptitud para elegir la opción más apropiada en cada momento o situación.

Es interesante nombrar dos aspectos que el trabajo coordinado entre los entrenadores debe necesariamente contemplar. Cómo debemos colocarnos en la pista y el nivel de concentración que consiste en prestar el 100 % de atención en cada ejercicio.

Estas orientaciones generales y específicas, así como la corrección y la reflexión sobre la colocación y concentración, nos permite reducir esa incertidumbre en cuanto a la comunicación en la pista entre los dos entrenadores.

Herramientas de apoyo en la comunicación en pista
Es muy importante el refuerzo positivo entre entrenadores. Siempre tan socorrido en todos los ámbitos del entrenamiento de baloncesto con los jugadores, padres y sin embargo, entre nosotros no existe o no le damos la importancia por estar tan a mano. Seamos prácticos, como en nuestros entrenamientos, y hagamos que una buena conducta del segundo entrenador vaya seguida por un “vamos”, “estás a tope” y porque no esa actitud de confianza del 2º al primero “me cambio de posición en este ejercicio porque el primer pase de contraataque es lento”.

De forma paralela, la sobrecorrección es un instrumento de ayuda en determinadas situaciones donde el segundo da una explicación al grupo incompleta y el primero trata de completarla.

Aspectos que perjudican la comunicación en la pista
Hablamos al principio de compartir para crear un trabajo en común entre ambos. Cuando esto no ocurre, entramos en aspectos de actitud crítica entre ambos. Predominan los mensajes negativos. Por ejemplo del 1º al 2º: “paras mucho, corrige algo, muévete”. Del 2º al 1º: “no opino, no me muevo, solo hago lo que me dices”. Desaparece el trabajo de equipo. Puede ocurrir que cuando no se ha informado de las funciones a realizar y se entrena directamente aparezca la idea fija o prejuicio “del 1º al 2º no hace nada, está allí parado/a, lo que faltaba mirando la hora”. Del 2º al 1º “este o esta no sabe nada, pasaré el año y luego que me cambien de entrenador”.

Como conclusión, el trabajo entre dos entrenadores es un proceso de adaptación entre dos personas con diferentes maneras de ser, con similitudes y diferencias en ver el baloncesto, con experiencias distintas, y sin un hábito de trabajo en equipo. Sin embargo, cada uno/a aporta esos rasgos de motivación y liderazgo necesarios para iniciar esta etapa, donde el establecimiento de esos necesarios roles de trabajo y las orientaciones sobre metodología y comunicación, permitan facilitar esa relación para dar esa calidad de entrenamiento QUE LOS NIÑOS MERECEN

Paco Pardo (Entrenador de Baloncesto y Psicólogo)

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